La seguridad ha cambiado en Colombia. En los últimos años se han hecho innumerables esfuerzos para proveer a los colombianos y a los turistas de unas vías seguras. El incremento de turistas que salen durante los fines de semana, escapándose del estrés de la ciudad , ha convertido las granjas o fincas en nuevos negocios. La ruta que tomamos conduce hacia un pequeño pueblo llamado Tenjo. Bordeando los dos lados de la carretera se encuentran muchos restaurantes campestres. Carnes y pollo que nacen y crecen en la finca , así como las frutas y vegetales son el incentivo de las comidas que se ofrecen allí. La carne se asa en parrilas , a la vista de todos.
La semana pasada, una vecina y amiga dijo las palabras mágicas que me hicieron entusiasmar: “Hoy pago yo, los voy a invitar a un restaurante campestre de unos amigos a las afueras de Bogotá ”.
Cuando se trata de buena comida y gratis, usted no tiene que preguntarme dos veces. En dos carros, nos dirigimos 8 personas hacia el lugar, gastamos una hora y media desde que salimos de Bogotá. Al llegar lo primero que se ve al entrar al lugar es una inmensa y colorida rueda de viento metalica , que dice La Granja. Luego se ve una araña gigante, dos veces mi tamaño, una cortadora de pasto tan grande que 6 personas podrían caber fácilmente en él, y una avestruz de más de 3 metros que dirige nuestra entrada y un hombre de lata que anuncia dónde parquear.
Caminando encontramos mesas, bancas, sillas rodeadas de plantas y flores . El color sobresale en todas partes. Los dueños del lugar diseñaron y dividieron el lugar en tres ambientes: un pequeño campo de minigolf en donde los adultos pueden estar solos sin niños que los moleste o distraigan, con comidas y bebidas.
Un sitio libre para pequeños animales que se pueden ver en la parte de atrás. Burros, llamas, cabras, conejos, palomas, gallinas y avestruces hacen las delicias de los niños.
Y una área cercada para que los niños tengan sus propias actividades , incluyendo pintura, instrumentos de música, rompecabezas y otras más. Uno o mas empleados de la Granja, son los encargados de observar, cuidar y entretenerlos.
La gran cantidad de arte fabricados en metal, capta la atención de todos los que visitan el lugar y le da un toque muy especial al ambiente. Algunas piezas son solamente decorativas, pero otras son muy funcionales como lámparas , barandas, etc.
Hablando con uno de los gerentes del lugar, supe que uno de los miembros de la familia enseña el arte de soldar en una escuela pública. La Finca paga por los materiales y el proyecto final del estudiante es diseñar una pieza de arte , la cual es exhibida para la venta en el Restaurante.
La comida es deliciosa. Una de las cosas que en mi opinión es lo mejor que tiene Colombia es la carne y cuando ésta es asada en la parrilla, aún mejor. Todos los servicios y una excelente comida hacen que los precios sean realmente justos. El costo es de alrededor US$15 por plato. No está mal para el promedio de lo que acostumbra gastar un norteamericano considerando que para más del 50% de los colombianos esa suma es igual a un dia de trabajo.
Este es uno de esos momentos en que las fotos dicen más que las palabras. Espero las disfruten.
Articulo escrito y publicado en FentonPatch, 2012 por Michael J. Kershaw